Chesterton y la beatitud

🗓️28 de julio de 2023 |

Alguien ha descrito a Chesterton como «un ejército de un solo hombre», y no podría mejorar esa metáfora sin añadir que, ese hombre solo, era un hombre lleno de gozo. Gilbert era como Sansón, quien con la mandíbula fresca de un asno, derrotó a mil prepucios enemigos, solo que este rebanó la cabeza del incipiente darwinismo con la quijada seca y exhumada de un animal. Él era capaz de convertir cualquier objeto en un arma letal: un trozo de queso, una tiza, una navaja de bolsillo… incluso la sonrisa esculpida en nuestros marmóreos cráneos, o las briznas de césped recién creadas en el jardín de tu casa.

Para Chesterton, cada cosa creada destilaba una alegría crepitante, y se esforzaba en colocar esa alegría en cada seca y vieja hoja sobre la que posaba su pluma. Para él, todo en este mundo, en este paraíso en proceso de restauración, era un milagro. Cada cosa era una dádiva jubilosa que brota de la boca del Poeta. Creo que cuando Gilbert se levante de su lecho, libre ya de sus pecados y de la sombra que nos es común a los mortales, recitará los poemas más alegres a los musgos y a las rocas, y Cristo sonreirá complacido. Solo entonces, después de su tercer nacimiento, verá el rostro verdadero de un árbol y contemplará a Dios como un niño pleno de días, a través de sus ojos recién abiertos. Y si, Chesterton tendrá dos piernas… ¡Vaya sorpresa!

Creo que, entonces, experimentará una satisfacción inmensa por haber levantado la espada contra aquellos adversarios sanguinarios del verde esmeralda que baña al césped, o la suma sencilla de dos patos que, juntos, forman una silla de cabeza. Descubrirá el verdadero sentido de la gratitud. Satanás no se rebeló contra Dios debido a las condiciones infernales del infierno. El infierno es el lugar donde se carece del paraíso, un «ten lo que tanto deseas», es el resultado de su rebelión contra las deleitables condiciones del Cielo. Adán se rebeló contra Dios porque se cansó de vivir en el Paraíso. Una vez allí, en su hogar, Gilbert escuchará las historias de los doce pescadores, quienes le contarán que aquel Hombre sentado en un rincón de la mesa de banquetes también da las gracias y ríe cuanto quiere. Finalmente, encontrará la puerta que conduce al país de las maravillas, y si su Padre así se lo exigiera, tras dar un solo paso, volvería a nuestro antiguo mundo saltando de alegría con sus dos nuevas piernas. Atravesaría la antigua puerta del vientre materno y diría a su Padre, con la fe inquebrantable de un niño: ¡hazlo de nuevo!


Dante Joaquín Pignanelli

Me llamo Dante, vivo en Argentina, estoy casado con Lady, y juntos tenemos un hijo. Usted puede contactarme a mi Wathsapp: +5492395408540