El 20 de enero de 1479, hace 543 años, murió Juan II de Aragón, padre de Fernando, esposo de Isabel de Castilla. Este trágico evento le convierte, a la edad de 27 años, en Rey de Aragón, Valencia, Mallorca y Cerdeña, y al matrimonio de Isabel y Fernando en Reyes de todas las Españas.
Fernando era rey de Castilla desde el 15 de enero de 1475, en el que ambos cónyuges firmaron la Concordia -un corazón- de Segovia, ya que Isabel era reina de Castilla desde el 13 de diciembre de 1474, tras la muerte de su hermanastro, Enrique IV.
Antonio de Nebrija, al publicar la primera gramática del Castellano, 21 años más tarde, como elemento de unión cultural y hermandad para todos los habitantes de los diferentes reinos, lo reconoce afirmando que “España ha sido restituida toda”.
Esta unión dinástica da a luz a la Monarquía Hispánica, que es sinónimo de Monarquía Católica, y culmina el proceso de unificaciones de los diferentes reinos que cohabitaban en el territorio español, reuniendo la nación que surge en el Tercer Concilio de Toledo del año 589, cuando Recaredo confiesa la fe Católica. Esta Monarquía, que nunca fue ni quiso ser un imperio, fue creciendo y decreciendo, y han formado parte de ella Castilla, Aragón, Navarra, los territorios ultramarinos, Sicilia, Nápoles, Cerdeña, el Estado de los Presidios (Toscana), el Franco Condado, los países bajos, el Milanesado, el marquesado de Finales, las Indias Orientales y el África española.
Lo que sólo fue posible unir por la Fe Católica, se une por el amor de una pareja joven, bendecidos por Dios en el sacramento del matrimonio, y se desarrolla al buscar éstos lo mejor para sus hijos y proyectar para sus súbditos -de la península y de los territorios allende los mares- un futuro de Paz, Prosperidad y Hermandad.
La nación española, restituida, se lanza fielmente a cumplir su vocación espiritual y se convierte así en la continuadora de la labor apostólica (conviene destacar el permiso que otorga el Santo Padre a los Reyes para nombrar obispos en el nuevo mundo) que Santiago termina físicamente en Finisterre pero sigue bendiciendo desde el cielo, ampliando los confines del mundo conocido a los que llevar el Evangelio.
De manera similar, la talla de la Virgen que la bonita leyenda atribuye a San Lucas, tallada por él en Efeso, y que San Gregorio regaló a San Leandro de Sevilla por ayudar a corregir el Arrianismo, escondida durante la invasión musulmana de la península ibérica y aparecida a Gil Cordero en Guadalupe, por los encuentros de nuestra santa reina con Colón, y los retiros de Hernán Cortés en dicho monasterio, viaja hasta la ciudad de Méjico para bendecir y continuar los planes de Redención que Dios tiene para la humanidad, en los que con tan honroso provecho ha empleado a los españoles de toda clase y condición.
Aprovechemos esta fecha para celebrar y conmemorar nuestro pasado, mejorar y perseverar en el presente, y esforzarnos para perseverar en nuestro peregrinar por esta tierra, camino del cielo.
Católico, español, marido, padre, empresario *. (*) El orden de los factores altera el producto. 45 años peregrinando por esta tierra, inmensamente agradecido en mi pequeñez por el amor que Dios nos tiene, a pesar de mi pobre correspondencia, y con muchas ganas de ganar el cielo trabajando por Dios y por la Hispanidad. Tristes por la situación de nuestro país, no muy agusto en los ambientes católicos donde nuestra vida se desenvolvía, con la intención de encontrar un entorno mejor y la mejor educación para nuestros cinco hijos, nos mudamos a Tejas en agosto de 2019. Aquí estamos felices, rezando para volver cuando Dios quiera.