Defensa de la Monarquía. Denuncia de la inmoralidad.

🗓️31 de diciembre de 2021 |

En nombre de Dios, y los Santos Evangelios,

“Juro lealtad al Jefe del Estado y a los Principios del Movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales del Reino”.

Juan Carlos de Borbón, 22 de Julio de 1.969

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No se trata de juzgar a la persona, sino los hechos, que han dejado sobrada evidencia sobre su moralidad, y los frutos que hemos visto y sabemos clasificar entre positivos o negativos con respecto al Bien Común. Pero todos sabemos -aunque esta cultura postmoderna, asfixiante y totalitaria, que quiere alejarnos de Dios- se empeña en eliminar la moral, que los actos personales pueden ser buenos o malos, y conviene saber distinguirlos para aprender de nuestros errores.

Aunque pudo existir anteriormente, fue sobre todo con la aparición de los validos, cargo en el que tan lucrativamente se estrenaron el Duque de Lerma y el Conde Duque de Olivares, cuando los reyes españoles (a partir de Felipe II, al que Dios tenga en su gloria) comenzaron a separar su vida en dos, dando lugar a una creciente disparidad entre su comportamiento en la función pública y el de sus actos privados. 

Hoy se puede catalogar, con mucha razón, como falta de integridad. Una parte de la nobleza, por lealtad al o bajo la influencia del monarca, siguió el mismo camino de paulatina despreocupación de la moral, proceso que alcanzó su cenit con la obtención de títulos (muchos vigentes en España todavía) por frecuentar la alcoba de Isabel II.

Desde entonces, hemos padecido reyes escandalosos, también con algunas excepciones, especialmente con los borbones, pero ninguno como Juan Carlos. Su abandono de España y el debate sobre si debe volver o no, brinda oportuna ocasión para analizar sus acciones, sacar conclusiones y aprender de la historia. 

Más aún, cuando algunos partidos políticos demandan que se le deje volver y entienden lo contrario como una injusticia, e incluso la Conferencia Episcopal en su elegía le coloca laureles como artífice del régimen del 78 que tanta corrupción moral supura.

¿Cuáles han sido sus contribuciones al Bien Común de los españoles? Me temo que muy pocas:

Lo que comenzó con perjurio, utilizando el nombre de Dios en vano y profanando los Santos Evangelios, no podía acabar de otra manera: La deshonra de tener que abandonar tu país para mendigar las migajas de caciques y moros, persistiendo -al servicio de los enemigos de España- para continuar dañándola. 

Nuestros enemigos vieron la ocasión dinástica, y la sucesión de Franco, idónea para promover y tolerar la actitud y el comportamiento durante su reinado -hasta que han encontrado mejores instrumentos en pablito y pedrito- que convenía para destruir y descristianizar nuestro país.

Mi abuelo Blas, al que Dios tenga en su gloria, siempre que tuvo la ocasión de recordarle su juramento, se lo expuso, y aunque la respuesta de Juan Carlos parecía asumir lo que afirmaban sus palabras, la integridad brillaba por su ausencia. Video.

Los españoles, agradecidos por la cura de humildad que ha supuesto padecer históricamente la vergüenza provocada por tantos escándalos, tenemos que presenciar ahora sus extraños acuerdos para evitar las consecuencias -legales no habrá porque le protege el artículo 56.3 de la constitución, bien lo saben sus seguidores que ladinamente lo argumentan en su defensa- de sus actos.

Gracias a Dios, el tiempo pone a todos en su sitio. Es una lección que ha costado sudor y lágrimas, dolor y sufrimiento, pero si la hacemos nuestra, no habrá sido en balde y habrá merecido la pena: Eliminar a Dios de la vida pública y la privada, acaba así.

Otros intentan engrandecer su supuesto trabajo y amor por España, ignorando con desconcertante ceguera la inexistencia de acciones por el bien de sus súbditos, y las tropelías que ha cometido para ensuciarla. Habrá trabajado para conseguir contratos para sus “amigos”. Muchas de sus amistades -la red de intereses creados que ahora le abandona- también son fuente de escándalo; las  cacerías con las fortunas del Ibex (mal llamados empresarios del pelotazo) siguen dejando secuelas a lo largo del camino. 

Jesús Cacho y otros periodistas de investigación han publicado algunos de los nombres; Prado y Colón de Carvajal, de la Rosa, Villalonga, Fuster, Ruiz Mateos, Mario Conde, Albertos, March…Parecen pocas las personas cercanas a Juan Carlos que no hayan participado en sus diversas correrías.

La jerarquía no menciona a Dios en su nota, y olvida tanto la Doctrina Social que promulga como la defensa de la verdad, la moral y la paz que cita. Menciona la concordia, cuando los españoles están mucho más divididos -con la sociedad cada vez más polarizada- que antes, acusando una carencia similar: Las palabras no están ancladas en Cristo, Palabra Viva.

España está mucho peor que hace 50 años, en todos los aspectos. El divorcio, el aborto, los suicidios, la violencia, la radicalización de las ideologías, la economía… No nos engañemos: La podredumbre es tan hedionda que quizá convenga esperar a que se descomponga todo y se seque, para poder limpiar a fondo y reconstruir de nuevo. Hay momentos en los que es mejor regenerar que gestionar la decadencia.

España ha sido una monarquía desde su origen, y debe seguir siéndolo. Más que un referéndum para decidir si queremos o no esta forma de gobierno, deberíamos elegir a un nuevo Rey.

Al menos, deberíamos escuchar a los que nos avisaron de estar equivocados. En su libro “Hacia la tercera República”, mi abuelo predijo cómo iba a acabar esto. Como el, muchos otros han avisado de los errores y agujeros de este sistema moribundo que nos quieren vender como maravilloso.

Pongámonos a trabajar, por Dios y por España, para levantarnos de nuevo.

San Fernando es el mejor Rey que ha existido en la historia de la humanidad, y la figura más ejemplar y representativa de la Monarquía española, que pudo reunir a todos los españoles gracias a la Fe Católica. Un modelo de ejemplaridad, humildad, auto exigencia, en definitiva, de Santidad. 

Hemos celebrado la fiesta del Rey David, a pesar de los delitos y aberraciones que cometió, supo reconsiderar su actitud y volver a Dios. De su linaje nació Jesucristo, Rey del Universo, al que todos debemos amar y venerar como único Señor.

La monarquía es el reino y poder de uno sólo: Como súbditos fieles y leales, sirvamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todo nuestro ser a nuestro Rey. A el nos encomendamos.


José María Piñar Pinedo

Católico, español, marido, padre, empresario *. (*) El orden de los factores altera el producto. 45 años peregrinando por esta tierra, inmensamente agradecido en mi pequeñez por el amor que Dios nos tiene, a pesar de mi pobre correspondencia, y con muchas ganas de ganar el cielo trabajando por Dios y por la Hispanidad. Tristes por la situación de nuestro país, no muy agusto en los ambientes católicos donde nuestra vida se desenvolvía, con la intención de encontrar un entorno mejor y la mejor educación para nuestros cinco hijos, nos mudamos a Tejas en agosto de 2019. Aquí estamos felices, rezando para volver cuando Dios quiera.