Cuando uno piensa que somos herederos depositarios de una cultura que se salvó de la barbarie gracias a los monasterios católicos, recuerda que fue la Iglesia Católica la primera (y más prolífica) que creó, puso en marcha, desarrolló y mantuvo hospitales y universidades en todo el mundo, que los pioneros investigadores y científicos, artistas (pintores, escultores, arquitectos…) de la historia de la humanidad son católicos, que los derechos humanos tienen su origen en el testamento de Isabel la Católica, Reina Católica y emperatriz de América, que el Derecho Internacional nació gracias a los dominicos españoles, y que la Iglesia Católica sigue siendo un referente moral que brilla en la noche para todos los seres humanos…
… Deduce que debería ser suficiente para que la divisa de los seguidores de Cristo, la Cruz, sea un símbolo omnipresente, respetado y protegido, al menos, en territorio español.
La Cruz es el recuerdo de la muerte voluntaria de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, que se entrega para redimir a la humanidad. Está formada por dos leños, que representan el Amor de Dios a la humanidad (leño vertical, que une el cielo y la tierra) y el amor entre los hombres, (leño horizontal, que une a la humanidad como hermanos).
¿Puede realmente este símbolo y lo que significa ofender a alguien?
Benedicto XVI, el Papa emérito, una persona que destaca por su inteligencia, conocimiento, capacidad de reflexión, profundidad y devoción, ha establecido un diálogo con el hombre actual para ayudarle a encontrar el sentido de su vida, con el fin de que logre una vida bella y una alegría plena. El afirmó en un discurso en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz:
La locura de la Cruz es convertir el sufrimiento en grito de Amor a Dios.
(…) Ahora es precisamente cuando hay que celebrar la victoria del amor sobre el odio, del perdón sobre la venganza, del servicio sobre el dominio, de la humildad sobre el orgullo, de la unidad sobre la división.
Animando a todos los hombres a:
“No tener miedo, a permanecer en la Verdad y a cultivar la pureza de la Fe. Ese es el lenguaje de la cruz gloriosa.
Es cierto que los católicos (que somos pecadores) muchas veces somos ejemplo de todo lo contrario, pero en un Estado que se llama de Derecho, tenemos que tener la garantía y el amparo de la Ley para defender nuestra moral, nuestras creencias y nuestras ideas. Hay personas y grupos en España que atacan y persiguen a los católicos, creen que hay que despreciarnos y burlarse de nosotros, que afirman incluso que tienen que cambiar nuestras estructuras mentales, y prohibir a los padres y a los colegios enseñar la Verdad.
Europa y España han vivido ya en qué acaba todo esto. El camino lo avisaba precisamente el Papa Pio XII en el mensaje que dirigió “a los hijos de España el 16 de abril de 1.939”:
La persecución religiosa (…) puede arrastrar a la sociedad moderna a los abismos no sospechados de la inicua destrucción y apasionada discordia.
Es lo que vivimos en estos días, actos vandálicos, insultos, menosprecio, ataques a las iglesias, exhumaciones, por desgracia cada vez más frecuente.
Precisamente tratando de evitar que la sociedad española discurra por tan dramáticos caminos, Francisco Franco, que era católico, e intentó evitar una guerra fratricida y el dolor que esta guerra sembró en España, pensó que la Cruz era el camino para la reconciliación.
Por muchas mentiras que quieran volcar sobre el tema, los documentos están a la vista de todos, y la historia que tratan de manipular con técnicas totalitarias que eliminan la libertad, también:
El Valle de los Caídos es un monumento para honrar a todos los que quisieron una España mejor, lucharon por ello (en cualquiera de los dos bandos), y entregaron sus vidas.
Los españoles tenemos en Cuelgamuros la Cruz más grande del mundo, y uno de los monumentos más visitados de nuestro país. Los católicos, sabiéndonos pecadores, tenemos todo el derecho a lucir, más con humildad que con orgullo, más por servicio de caridad que por buscar ser servidos, y en última instancia, por entregar la vida por Amor a los demás, el emblema de Cristo.
El Padre Lorenzo G. Lovasik, en el breve prólogo de su maravilloso libro “El poder oculto de la Amabilidad”, escribió:
El mundo necesita amabilidad: Siendo amables seremos capaces de convertirlo en un lugar más feliz en el que vivir; o podremos, al menos, aliviar mucha de la infelicidad que existe en el y construir otro mundo muy diferente.
Lo que hace al mundo ingrato es la falta de Amabilidad de las personas que lo habitan. Por eso, vale la pena que te detengas un momento y te tomes la molestia del verdadero significado de esta virtud, porque es más fácil practicar lo que se conoce bien.
NO hay Amabilidad más auténtica que la inspirada por la gracia de Dios en el perfecto cumplimiento de su principal mandato: “La ley regia de la Caridad”. Estos capítulos acerca de la Amabilidad constituyen un sencillo intento de explicar esta ley.
Las páginas que siguen están dedicadas al Sagrado Corazón de Jesús, modelo y fuente de la Amabilidad y la Caridad auténticas, y al Inmaculado Corazón de María, Madre de Misericordia y tan fiel reflejo de su Hijo.
Desde aquí apoyamos a la Comunidad Benedictina del Valle de los Caídos que reza por la paz en España y por las almas de todos los españoles que murieron en la guerra, y defendemos la Cruz como símbolo del Amor.
Podrán echar a los monjes de su casa y derribar la Cruz, pero siempre la llevaremos en nuestro corazón, y la tendremos presente en nuestras vidas: De ahí no podrán echar a nadie ni derribarlas. Cristo confirmó la bienaventuranza de los que sean perseguidos por su causa: Que las ofensas, ultrajes e insultos que recibimos, ofrecidos con Amor en unión al sacrificio de Jesús, y de la mano de María, nuestra Santa Madre, se conviertan en frutos de salvación para todos.
Te animamos a participar en las actividades del Valle: En el siguiente enlace podrás ver los horarios de las celebraciones: Ver.
Católico, español, marido, padre, empresario *. (*) El orden de los factores altera el producto. 45 años peregrinando por esta tierra, inmensamente agradecido en mi pequeñez por el amor que Dios nos tiene, a pesar de mi pobre correspondencia, y con muchas ganas de ganar el cielo trabajando por Dios y por la Hispanidad. Tristes por la situación de nuestro país, no muy agusto en los ambientes católicos donde nuestra vida se desenvolvía, con la intención de encontrar un entorno mejor y la mejor educación para nuestros cinco hijos, nos mudamos a Tejas en agosto de 2019. Aquí estamos felices, rezando para volver cuando Dios quiera.