(Enrique Shaw) Casarse es no pertenecer más a sí mismo. Para el hombre amar es preferir, para la mujer amar es no comparar. El auténtico amor recibe al ser humano no como un Dios sino como un don de Dios en el cual Dios está contenido. Jamás lo confunde con Dios, pero nunca lo separa de Dios. ¿Cómo puede secarse el amor de los esposos, si han sido creados y unidos para darse a Dios uno a otro? La vida convivida por dos florece, se hace infinita. Es una oración en común. Hay que expresarse el amor mutuo. No basta darlo por supuesto. El crecimiento del amor no es automático. Hay que recrearlo.
Un matrimonio es feliz cuando uno de los cónyuges se propone no ser feliz él, sino hacer feliz al otro. Hay renunciamientos que contribuyen a hacer más agradable la vida de los demás.
¿Qué es ser Jefe de Hogar? El plan de Dios para nuestra felicidad no puede permitir que esta unidad social básica (el matrimonio) ande a la deriva. La autoridad (del marido) es limitada a la referente a la obra común, a la sociedad. “La subordinación no es tal sino que está en armonía con la recta razón, con la dignidad debida a la esposa” (Pío XII). El matrimonio es una comunidad, una sola vida, intercambio, participación. No hay autoridad sino amistad para unir. No es el poder legislativo (las leyes son de Dios) sino el ejecutivo. Obedecer no es indigno, pues solo puede ejercer autoridad quien la tiene de Dios. Tener presente que el que manda es por oficio, es decir para servir a la familia, pero hay que granjearse la autoridad personal.
A los novios: “¡Ustedes hombres, amen a sus mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó Él mismo por ella!” “Cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo…” La autoridad, como toda autoridad, es para bien de los demás… debe proveer al bien común de la familia, proteger el desarrollo de la personalidad. Tirano es el que ejerce autoridad en su propio beneficio. La autoridad del marido, y la sujeción de la esposa, pueden ser transfigurados por la fuerza del amor, de un amor que refleja a aquél con que Cristo se une a la Iglesia, de modo que, como flor del orden y del cariño, se consolide la paz doméstica. A las novias: Futuras esposas, mujeres modernas e independientes, no busquen la primacía de la autoridad sino la primacía del amor.
Enrique Ernesto Shaw fue un marino y empresario católico argentino. Por su vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización y desde 2021 es considerado Venerable.
Entre las múltiples entidades en que actúaba, participo en la Acción Católica y el Movimiento Familiar Cristiano. Junto con otros empresarios participo en la organización de ayuda a la Europa de post-guerra que en 1946 promueve el Episcopado argentino, respondiendo al llamado de Pío XII, e intenta crear una entidad para que los empresarios “sean más cristianos”.
Con el estímulo del Canónico Cardijn funda en 1952 la actual Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y en intensa acción evangelizadora dirigida al país y América Latina promueve el ingreso a UNIAPAC (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa).
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