1) ¿Qué aporta Charlas CAT al catolicismo?
Ante todo gracias Álvaro por tu interés en nuestro apostolado y por darlo a conocer a través del sitio que ustedes llevan adelante, es un honor para nosotros.
Yendo a tu pregunta: es difícil tener una visión exacta del impacto que tiene Charlas CAT. Igualmente me animo resumir en una palabra lo que pienso que nuestro apostolado aporta a quienes nos siguen: inspiración.
Inspiración es algo que -sin saberlo- más esperamos de las personas que nos rodean. Inspiración es lo que necesitamos para actuar y para vivir. Inspirar implica despertar ideas, transmitir emociones, encender la voluntad con una chispa.
Y sin dudas, la inspiración que más nos gustaría aportar tiene que ver con el lema que utilizamos en el primer evento de Charlas -hace un par de años- y todavía seguimos levantando como bandera: “haz de tu vida algo extraordinario”. Nos encantaría que todos los que nos siguen se sientan inspirados especialmente a eso. Igual, nos gustaría que éste sea sólo el primer paso, o mejor, el primer escalón que suban quienes entren en contacto con CAT… ¿Qué hay en la cima? Liderazgo.
Una vida verdaderamente extraordinaria para nosotros tiene que ver con el ejercicio de un liderazgo consciente y generoso. El mejor líder no es el que solamente hace más cosas o mueve a otros a la acción. El mejor líder es el que inspira en otros el deseo de convertirse también en líderes.
2) Una de las cosas que tenemos en común Charlas CAT y Chesterton.es es que no renunciamos a definirnos como católicos, ¿por qué cree que muchas veces los católicos renunciamos a crear asociaciones o proyectos católicos, y creamos otras que ocultan o disimulan su fe?»
Es verdad, y es una linda coincidencia. Es un tema súper importante y en CAT hemos recorrido un camino de reflexiones y discusiones sobre esto. Pero dejame que te sorprenda con una primera idea sobre el tema: no pienso que sea necesario que todos creen asociaciones o proyectos “abiertamente católicos”.
Pero tampoco existe -y esto lo fuimos aprendiendo en el camino- una única manera de hacer apostolado. Porque no existen dos personas iguales, porque hay personas que están muy lejos de la fe, con la cabeza llena de prejuicios contra la Iglesia, con la cabeza llena de mil ideologías, incapaces a veces de entender siquiera ¡de qué le estamos hablando!… Y, por el contrario, hay otros que son como una esponja, llenos de deseos de las verdades y enseñanzas de Jesucristo y de los Santos, o al menos con un sentido común milagrosamente conservado y bien dispuesto para encontrar la verdad.
Salta a la vista la astucia de Jesús para llegar a cada persona de una manera distinta, cuando leemos el Evangelio. A la samaritana la atrae en un encuentro casual, sin comenzar por predicarle las verdades de fe, sino simplemente acercándose a ella, pidiéndole agua y revelándole su capacidad de ver más profundo en su vida; es decir primero la predispone a la fe. A los fariseos los fustiga durísimamente, sacudiéndolos con frases como “raza de víboras”, “hipócritas” y “sepulcros blanqueados”; a otros les habla en parábolas “para que no entiendan”. Fijate, dice Jesús: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos, no se les ha dado … Por consiguiente, les hablo en parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no oigan , ni entiendan” (Mt 13, 10); en cambio a los Apóstoles, les explica más en detalle y abiertamente el sentido de su predicación. El fin siempre es el mismo: llevar a los hombres a la verdad, y especialmente a la Verdad que salva, que es Jesucristo. Pero las maneras y caminos son necesariamente distintos.
Entonces, si hay astucia y prudencia como la de Cristo, habrá sin duda distintos modos de evangelizar, algunos explícitamente católicos; otros incluso menos explícitamente religiosos y los frutos llegarán a su tiempo. Si en cambio hay cobardía y temor, disfrazadas de prudencia, habrá un apostolado estéril…
A ver, me explico un poco más. No hay dudas que ocultar o disimular la fe por temor al “qué dirán”, o a perder algo, es incompatible con nuestra vocación apostólica. Y es verdad que esos temores hacen que muchos, como decís, renuncien a crear proyectos abiertamente católicos y terminen disimulando su fe. Es una secuela del secularismo o del liberalismo, por un lado (y su manía de presentarse “neutros” en lo religioso, en la vida pública), y por el otro, fruto de la persecución ideológica del progresismo de izquierda, que mete miedo a muchos de mostrarse abiertamente católicos, porque eso los llevará a una confrontación, a veces incluso hasta con cierta violencia, al menos verbal.
Pero mirá, creo que esta es la conclusión que más nos ha servido para discernir qué es lo que Dios quería de Charlas CAT: no hay manera de cubrir la necesidad de todas las almas con un único apostolado. Hace falta que las verdades de fe y las verdades de orden natural sean expuestas de distintas maneras, según la vocación, misión y talentos que cada uno recibe. No es mejor una manera más directa y religiosa de evangelizar que otra más indirecta, porque no todos pueden escuchar o entender en cualquier momento de su vida, las mismas cosas.
Hay que hacer el apostolado que creemos que Dios nos pide. Sólo se trata de ser fieles a multiplicar ese talento recibido, a lo que entendemos que Dios nos pide, y dejar que Él se sirva de nosotros para llevar a las almas a la Verdad. Unos apenas insinuarán algunas verdades de orden natural, otros utilizarán el arte, otros apuntarán a las riquezas de vida espiritual de la Iglesia, otros a la filosofía, otros a la teología, otros darán un combate cultural-espiritual desenmascarando abiertamente a los errores y a los enemigos de Dios y de la Iglesia con un mensaje a lo “raza de víboras” de Cristo… Otros darán una sana catequesis en grupos explícitamente católicos (absolutamente necesarios para quienes ya puedan asimilar algo más que verdades de orden natural).
Si uno es fiel a la Verdad, sin ser ambiguo o confuso en lo que enseña, será como un escalón para llevar a las almas a crecer en el amor a la verdad y, lo más importante, a crecer en su fe y en su santificación.
3) Una de las cosas que más llama la atención de Charlas CAT es su mezcla de Tradición con creatividad. Muchos santos lo han mezclado, pero hoy en día muchos seguidores de la Tradición parece que han renunciado a la creatividad y muchos entusiasmados de la creatividad parece que se han olvidado de la Tradición. ¿Cómo compaginan ambos elementos?
Me encanta esta pregunta Álvaro. Además de la Charla CAT que di hace unos años y está en YouTube sobre esto, tenemos preparada otra -aunque todavía no publicada en video- sobre la Creatividad Divina que aborda directa y extensamente este tema.
Pero bueno, yendo a tu pregunta, la verdad es que este tema de unir “creatividad y tradición” llegó a nosotros por los caminos de la Divina Providencia. En mi caso particular te diría que nace con una historia personal, a partir de mis estudios previos al sacerdocio. Además vengo de una familia de maestros de bellas artes, pintores y arquitectos. Antes de mi vocación sacerdotal estudié también diseño industrial, una carrera muy vinculada con el diseño creativo. Tal vez esa sea una de las raíces fuertes por las que el tema de la creatividad se instaló en CAT. Pero no fue sólo eso, creo que había como un caldo de cultivo ya en el primer grupo de jóvenes con los que arrancamos el proyecto de Charlas CAT. Diría que todos sentíamos la necesidad de ofrecer algo nuevo.
Al mismo tiempo todos veníamos de una formación muy ligada a la Tradición, y con ganas de hacer algo que toque especialmente a los jóvenes, que tienen la cabeza más acostumbrada a una puesta en escena distinta a las que solemos hacer muchas veces en los eventos y apostolados católicos. No es que queríamos “inventar la pólvora”, pero teníamos ganas de jugar “mano a mano” el mismo juego de creatividad que se jugaba “en las grandes ligas”. Veíamos la calidad de propuestas como las de las Charlas TED o las películas animadas de Pixar (cosas distintas pero con la creatividad y la alta calidad como factores comunes de fondo), y discutíamos porqué nosotros no podemos ser fieles a la Tradición de la Iglesia y al mismo tiempo transmitir todas sus riquezas de una manera nueva con la misma calidad y presentación que estos gigantes.
Conocíamos el camino que no queríamos recorrer: el camino seguido por el progresismo religioso, que había “malvendido” esas riquezas de la Tradición, haciendo mezclas que no correspondían, desnaturalizando las verdades de orden natural y religioso “para amigarse ingenuamente con el mundo” diciéndole lo que el mundo quería oír.
Además, por ese entonces, casi sin buscarlo… apareció Benedicto XVI. Te pongo en contexto: en 1985, el entonces Cardenal Ratzinger hizo una profecía para muchos inesperada: el cristianismo, que durante siglos había dado vida al mundo, se iba a convertir en minoría. Es como si las ideas que habían dado forma a occidente de pronto comenzaran a dejar de hacerlo. Un poco antes de asumir como Papa, volvió a insistir sobre esta tendencia a convertirnos en minoría, pero hizo con un llamado: “La Iglesia debe recurrir a toda su creatividad para hacer que la fuerza viva del Evangelio no se apague”. No fue esta la única ocasión en que B. XVI insistiría sobre la necesidad de convertirnos en una minoría creativa. En otras ocasiones dijo: “El destino de una sociedad depende siempre de minorías creativas. Los cristianos creyentes deberían concebirse a sí mismos como tal minoría creativa y contribuir a que Europa recobre nuevamente lo mejor de su herencia y esté al servicio de toda la humanidad” y también “son las minorías creativas las que determinan el futuro y en este sentido la Iglesia Católica debe concebirse como minoría creativa que tiene una herencia de valores que no son cosas del pasado, sino que son una realidad muy viva y actual”.
Después llegarían más sorpresas de la mano de autores del tradicionalismo como el P. Leonardo Castellani instando a la creatividad. El P. Castellani llegó a hablar de un “mandato divino de creatividad”, dice que “la creatividad ha sido querida y mandada por Dios, como precepto capital del siervo de Dios (…) Dios quiere (por lo visto) que cada hombre en este mundo (y sin eso no puede salvarse) «haga algo», produzca con y en su mente primero y después fuera, una cosa que ningún otro pueda hacer sino él”.
Ya teníamos suficientes fundamentos para lanzarnos a trabajar en esta línea.
Te soy sincero, aunque muchos recibieron con agrado nuestra propuesta “renovada”, no todos dentro de nuestro ámbito tradicional entendieron y valoraron nuestro proyecto, y es comprensible. Sin embargo nosotros no nos preocupamos por esto: más bien nos esforzamos por ser fieles a eso que creíamos que Dios nos pedía.
Pero vamos al final de tu pregunta que nosotros mismos nos hicimos muchas veces: “¿cómo compaginar ambos elementos?” (tradición y creatividad). Te diría que para nosotros la respuesta vino por este lado: respetar la naturaleza de las cosas.
A ver, intento explicarme. La creatividad consiste sencillamente en “conectar cosas”, y se manifiesta especialmente cuando se conectan cosas “de universos muy distantes”. Decía un filósofo: “Las personas creativas, son aquellas que importan ideas de un universo a otro”.
No es posible ser creativo, por ejemplo, en física, si sólo se tiene formación en física, es necesario estar formados en otro universo extraño a esta ciencia (el arte, la historia, la filosofía, etc.), y así poder utilizar y reutilizar los mecanismos mentales que se han aprendido en otros contextos.
La pérdida de creatividad viene justamente al quedar encerrados en una burbuja. Algunos llaman este problema “el sesgo del conocimiento”, que se puede resumir en aquella graciosa sentencia de Abraham Maslow: “si sólo tienes un martillo, terminarás pensando que todos los problemas son clavos”.
Un caso paradigmático de una persona creativa fue el genial Leonardo da Vinci, quien fue a la vez: pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Pocos como él tenían tantas “cosas” en su cabeza para conectar.
Entonces, en ese “conectar cosas”, se debe buscar la manera adecuada… no todas las cosas son conectables (no podemos conectar “la Misa con la música pop”, porque se desnaturalizaría la primera y no tendría ningún sentido la segunda). Eso quiere decir que hay que respetar la naturaleza de las cosas, el resultado debe ser adecuado, verdadero, coherente, tal vez útil y si es posible: bello. Un buen cocinero sabe conectar cosas, y su creatividad lo llevará a conectar cosas que otros no habían visto que se podían conectar o al menos no de la manera que él lo hizo. Pero cualquier cocinero sabe que no es cuestión simplemente de “mezclar cosas distintas”, hay que saber hacerlo para que el resultado sea bello (y sabroso… o, al menos, que se deje comer, ja ja).
4) Ustedes hacen textos, videos, podcast, eventos presenciales y todo desde una concepción muy profesional y atractiva, muchas veces los católicos hemos intentado cuidar el Mensaje, evidentemente lo más importante, pero, ¿nos hemos olvidado de las formas y de su atractivo y de hacer las cosas bien aunque con ello parezca que se «hace menos cantidad»?
Totalmente de acuerdo. Es algo que por diversas razones “hemos olvidado”. O no hemos sabido o no nos hemos animado. Los católicos actuales muchas veces somos un poco pusilánimes. Por eso lo que hacemos muchas veces carece de magnificencia, atractivo, y tantas notas de belleza y calidad con las que el mundo mundano sabe presentar sus ideas y valores…
Todo nos parece “muy difícil”… no sabemos hacerlo, no tenemos dinero y no sabemos cómo conseguirlo. Por eso muchas cosas buenas no se hacen o se hacen con mala calidad.
Gracias a Dios hay excepciones y aquí y allá surgen cada vez más proyectos que están a la altura del mensaje que tenemos que transmitir.
Y respecto del mensaje, como bien dijiste muy acertadamente, creo que hemos olvidado -o no hemos conocido- las enseñanzas de un genio de los medios de comunicación, converso al catolicismo que fue, Marshall McLuhan, quien dijo una frase que llegó a ser muy conocida en el ámbito de la Comunicación y es ésta: “el medio es el mensaje”. Esto quiere decir que si yo uso por ejemplo un medio feo (no bello), el mensaje tampoco será algo bello, y por lo mismo, es probable que tampoco se lo considere bueno o verdadero.
Las verdades católicas, presentadas a través de medios feos… se transforman para el hombre moderno en… “embustes”, en mentiras, en cosas ridículas, difíciles de creer y de vivir.
Y es buena tu observación respecto de la “cantidad”, ¡es muy cierto! Por eso creo que siempre será una decisión excelente apostar a la calidad por encima de la cantidad. Tal vez la razón es que Dios no necesita de nuestra “cantidad”, y aunque estrictamente hablando tampoco necesita de nuestra calidad…, sí creo que exige que pongamos “todo de nosotros” y ese “darlo todo” se manifiesta especialmente en la calidad, en el detalle, “en la fidelidad a lo pequeño”, como dijo Jesús.
Por nuestra parte queremos que lo que hacemos tenga al menos la misma calidad que los que trabajan para el mundo. Si podemos hacer más, mejor todavía, pero menos, no nos parece que esté bien, no nos parece que sea una manera digna de transmitir las verdades que Dios nos ha permitido conocer y vivir.
5) Hablan ustedes mucho de heroísmo, nosotros pensamos que el ideal más heroico es la santidad, pero hoy en día se plantea la santidad como algo ñoño, cursi y blandito. ¿cómo debemos reivindicar la heroicidad católica frente a la caricatura que quieren hacer de nosotros?
Totalmente de acuerdo… la santidad es el ideal más heroico. Y como bien dices nada más desagradable que esa santidad “ñoña, cursi y blandita” que así, graciosa y gráficamente, describiste.
El heroísmo tiene que ser predicado, vivido y transmitido de todas las maneras posibles, porque sin heroísmo no hay santidad. Porque la santidad implica actos de amor extraordinarios, renuncias extraordinarias, sacrificios extraordinarios.
Creo que tenemos que hablar mucho de heroísmo. Además, cuando uno habla de “santidad”, digamos la verdad ¿quién entiende o… qué entiende la gente? Los católicos formados seguramente entenderán lo mismo que entendieron los santos, pero de ahí para abajo no me extrañaría que haya tantas ideas distintas sobre la santidad como católicos existen. En cambio todos entendemos más fácilmente qué es lo heroico. Y no sólo lo entendemos, nos conmueve, nos atrae más.
“La juventud no está hecha para el placer, sino para el heroísmo”, decía Paul Claudel. Ese “estar hecha” quiere decir que los jóvenes son atraídos más fácilmente con el llamado a la heroicidad que tal vez a un difuso llamado a la “santidad”. Y quien emprende el viaje del héroe, ya está en el camino que conduce a la santidad. Por eso, una vez más, nosotros invitamos permanentemente a ese ideal: haz de tu vida algo extraordinario. Que para nosotros significa lo mismo que recorre el viaje del héroe.
6) Usted ha ahondado mucho en el liderazgo católico, están realizando cursos sobre ello, ¿cómo definiría el liderazgo y que características propias tiene el liderazgo católico?
Como te decía, para nosotros el liderazgo tiene muchísimo que ver con una vida extraordinaria, heroica y santa. El que recorre el viaje del héroe, sin saberlo ya está recorriendo también el viaje del santo y… ¡del líder! Claro que sabiéndolo puede acertar mejor y más rápido en la meta. Conviene que entienda qué camino está recorriendo.
Solemos decir que Cristo eligió a doce y los formó como “apóstoles” y es correcto. También podríamos decir que formó “obispos”, “sacerdotes”, “hombres de Dios”, “santos”, y tampoco nos equivocaríamos. Pero no hay nada forzado, todo lo contrario, en decir que Cristo formó “líderes”.
El concepto de liderazgo se puede entender en un sentido más amplio, que es el que nos gusta usar en CAT: un líder es todo aquel que influye positiva y constantemente en los demás. La médula del liderazgo es la influencia, el liderazgo es sencillamente eso, influencia.
La palabra influir tiene que ver con dos raíces: in (indica una dirección, en este caso hacia adentro) y fluir (fluere), moverse, desplazarse en una dirección, pero como si dijésemos “dentro” de un conducto por donde se mueve el fluido.
Todos sabemos que los fluidos se mueven amoldándose al envase o conducto. En el caso del liderazgo, son las ideas, los criterios y sobre todo ¡las acciones! del líder los que a modo de “conducto” canalizan el movimiento de quienes se ven bajo su órbita de influencia. Paréntesis: por eso bien se podría llamar también al líder “conductor”, como me corrigió una vez en vivo el Comodoro Pablo Carballo, héroe de la guerra de Malvinas, en su Charla CAT. Él, nos dijo, prefiere hablar de “conductores”. Fin del paréntesis. El líder, entonces, al influenciar, mueve y mueve en una dirección, que está determinada por su visión, sus criterios y sobre todo por su ejemplo…
Y cuando hablamos de ejemplo, hay que entender que hay un ejemplo que de verdad hace líder al líder: el servicio.
El Señor fue sumamente claro respecto de este ejemplo que debe dar el líder. Cristo menciona al líder con esta palabra: “el primero”. Veamos: “…el que quiera ser el primero [ interesante que el lo proponga como algo noble ] que se haga el último y el servidor de todos [ como lo hizo Él ]” (Mc 9, 30).
De hecho Cristo fue “el Primero”. Dice San Pablo: “Cristo es la cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para tener así el primer puesto en todo” Col 1, 18). Y el Primero con mayúsculas dió ese ejemplo propio del líder que es el servicio: “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy [ Yo Soy el Primero, podría haber dicho con otras palabras ]. … Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” Jn 13, 13-16.
Para no extenderme: en nuestro canal de YouTube pueden ver una magnífica charla de Magdalena Martínez donde explica muy claramente la relación entre liderazgo y servicio. Como podremos ver en esta charla, es importante insistir que ser líder no tiene necesariamente que ver con tener algún tipo de responsabilidad o cargo en lo que se refiere al gobierno de otras personas. El liderazgo, o sea esa capacidad de influir en otros positivamente, y por tanto es algo que conviene que todos desarrollemos porque la mutua influencia positiva hace que un equipo funcione de manera extraordinaria. De hecho en la construcción de ese “conducto” que mencionamos intervienen todos los que quieren comprometerse con la tarea del líder. Liderar no es para nada tarea de uno solo, por eso el líder, si quiere aumentar su influencia, instintivamente forma a… otros líderes.
Eso es lo que hizo Cristo… y esos doce… formaron a otros… y así ganaron un mundo para la Dios.
Y respecto de tu pregunta ¿qué aporta de especial el liderazgo católico? Diría que el líder católico ante todo lleva al culmen las virtudes de un líder. Porque el mejor líder católico es el santo que, como dijimos, vive las virtudes en grado heroico y así adquiere una influencia que trasciende su entorno, su gente y su patria, incluso el tiempo y las culturas… Pero no es sólo una cuestión de intensidad o radicalidad de virtudes, porque el líder católico aporta una influencia única: conduce a las hombres a Cristo, no solo a determinados bienes particulares o bienes comunes a los que podría conducir un líder mundano. El líder católico ordena y conduce de modo especial a los hombres a Cristo. Pero eso no significa que él deba hacer todo el trabajo. Tal vez un líder católico, teniendo en cuenta lo que dijimos antes, sólo ayude a recorrer los primeros pasos hacia la cima del encuentro de un alma con Cristo, y con eso ya habrá aportado su granito de arena a la obra más valiosa que es la construcción del Reino de Dios en la tierra.
7) En su curso de liderazgo, ¿que nos vamos a encontrar?
El liderazgo, como la heroicidad y la santidad, no se adquiere simplemente mediante una “declaración de buenas intenciones”, del tipo “yo quiero ser un gran líder”… Desarrollar el liderazgo implica adquirir una serie de competencias personales, una mente, actitudes, hábitos, relaciones, etc. En el Curso que preparamos con Magdalena Martínez, Directora de Charlas CAT, en esta primera serie que estamos ofreciendo, se encontrarán justamente con un montón de herramientas para desarrollar conscientemente esas competencias.
Y hemos armado los cursos y lecciones siguiendo un orden pensando justamente para ir poco a poco ganando terreno en el desarrollo de nuestro liderazgo.
8) Usted ha dado charlas de hiperconectividad, ¿esa hiperconexión nos está alejando de la vida real? Y más aun, ¿nos está alejando de la vida eterna?
Creo que sí. A ver… todo desorden en nuestra vida nos aleja de la vida real y como bien decís, de la vida eterna. En ese sentido, la hiperconexión, o el uso desordenado de la tecnología, no tendría nada de “especialmente peligroso”. Pero lamentablemente no es tan así. El desordenarnos en el uso de la tecnología es de las cosas más fáciles y al alcance de la mano que existen hoy en día, y que tal vez haya existido en la historia de la humanidad, y esto lo dicen personas incluso no creyentes. No sólo por la naturaleza de este instrumento, sino por las personas y las torcidas intenciones de quienes los diseñan.
El problema de la tecnología no es entonces sólo la proximidad física y constante que tenemos con la ella, sino que cada vez esté mejor diseñada y programada para que sea difícil o mejor, dificilísimo, usarla bien, sin desordenarnos. Casi diría está diseñada para ser mal usada…
Un ejemplo de cientos: las series de Netflix o la productora que sea. Están hechas no para ver una sola sino “una temporada”. Y así con el resto de cosas: los shoppings o portales de compra para que nos “compremos todo”, el casino, para que quememos todos nuestros ahorros… Así la tecnología está hecha para que hagamos cada vez más una simbiosis con ella, y una dependencia de ella, cada vez más grande. De fondo los intereses son económicos y de control.
Lo más triste es que vivimos un proceso en el cual, en esa simbiosis, nosotros transferimos humanidad a la tecnología (ella “aprende” de nosotros, por los algoritmos de aprendizaje de la inteligencia artificial) y ella nos devuelve a cambio… comodidad. ¿El costo? La pérdida de nuestra humanidad: perdemos contacto con lo que nos rodea, empatía, calidez, relaciones humanas profundas, tiempo de lectura, cultura, formación, poesía, arte. Todo eso lo estamos transfiriendo, nos estamos despojando y convirtiéndonos en algo parecido a lo que eran las máquinas… hace tiempo.
No me puedo extender, pero hace un tiempo subimos también una charla sobre este tema para el que quiera profundizar más acerca de los peligros y también los “antídotos” para mitigar estos peligros.
9) Usted en su podcast dijo algo muy importante sobre las personas «tóxicas» y es la necesidad de alejarse de ellas si eso compromete nuestra alma, ¿se está confundiendo en muchos casos la caridad con cierto buenismo?
Creo que en muchos casos sí. Por algo Cristo habló de “no tirar perlas a los cerdos”. Tenemos que aprender cuándo es necesario tomar distancia porque ya no está en nuestras manos hacer más y en cambio podríamos perder mucho.
La toxicidad que tenemos que evitar puede ser de muy diversos tipos. Aunque en ese podcast genéricamente me referí a lo que puede comprometer nuestra alma, una influencia puede ser tóxica por desgastar nuestro ánimo, nuestra psicología, nuestros buenos hábitos y… hasta nuestra misma fe.
Recuerdo hace un tiempo haber visto esta imagen:
Me pareció un ejemplo humorístico genial de nuestra ingenuidad. A veces no comprendemos a quiénes tratamos y pensamos que es cuestión de buena voluntad e insistencia y… no.
10) ¿Qué proyectos se plantean ahora? ¿Cual es el siguiente paso de Charlas CAT?
Tenemos muchos proyectos por delante… ¡demasiados! Magdalena Martínez quien, como dije lleva adelante la dirección de este apostolado, ha sido siempre una fuente constante de ideas y proyectos. Eso es una bendición para nosotros porque nos mantiene entusiasmado y con metas por delante, pero también hace que tengamos siempre una gran lista de pendientes jajaja
Fuera de bromas, te diría que ante todo tenemos pendiente un evento de Charlas en vivo en Buenos Aires que no llegamos a realizar, que se llamará “Fuera de Serie 2. Prepárate para impactar”. Es una continuación del Evento “Fuera de Serie. Conócete, prepárate, deja un legado” que hicimos en 2019. Habíamos comenzado a prepararlo a principios de 2020 (con oradores y temas ya armado) y por cuestión de las cuarentenas y restricciones en espacios públicos no pudimos hacerlo. Tal vez este sea el año, pero es difícil especular, porque si a último momento nos agregan restricciones tendremos un serio inconveniente. En este sentido, nos vendría muy bien oraciones para poder ver y actuar en este difícil panorama.
Por otro lado, además del Curso online de Liderazgo, que estamos publicando poco a poco (es una serie de 5 cursos llamada “Prepárate para liderar”), tenemos otros cursos también en etapa de producción y edición que todavía no vieron la luz, con invitados muy interesantes.
También tenemos en la bandeja de salida más podcasts sobre temas que nos parecen muy buenos que la gente tenga para poder escuchar en distintos momentos del día. Y algunos videos que ya están guionados y nos falta que grabar.
Charlas CAT, hablando metafóricamente, se parece por momentos al laboratorio de un científico loco… lleno de experimentos y partes de proyectos y diseños sin terminar o sin probar. Tenemos muchas cosas divertidas entre manos, que nos gustan y nos apasionan mucho, aunque no siempre podemos sacar todo a luz en el momento que quisiéramos.
11) ¿Cómo podemos ayudarles?
Sin duda con oraciones y con difusión boca a boca: compartiendo lo que les guste y les parezca que pueda hacer un bien a otros. Eso es la ayuda más importante que la gente que nos sigue puede hacer por CAT.
Igualmente hay otras cosas que nos vendrían muy bien. Por ejemplo, una necesidad grande es el tema de programación web. Contamos con la gran ayuda de un programador amigo que desde USA desarrolla nuestra página web. Pero si tuviéramos más ayuda de este tipo sería genial, porque hay más cantidad de cosas que necesitarían este tipo de asistencia. Así que si alguien lee esto y sabe cómo programar, siempre será bienvenido para poner en contacto con nosotros.
Sin duda quienes puedan ayudar económicamente, estaremos más que agradecidos. En nuestro sitio hay un lugar para quienes quieran convertirse en nuestros benefactores o puedan ayudarnos. Nos esforzamos mucho para conseguir fondos porque tenemos muchos gastos fijos (suscripciones, servidores, tecnología, pago a personas que nos ayudan, gastos de organización de los eventos, etc.). Así que para nosotros sería una gran ayuda y una caridad poder contar con un aporte de gente generosa, aunque sea una pequeña cantidad mes a mes.
12) ¿Qué recomendaría a un joven con inquietud de servir a Dios en la vida publica? Proyectos
Ante todo le recomendaría que lea, que se forme, que conozca los errores de las distintas filosofías sociales (del liberalismo y del socialismo principalmente) y sobre todo que aprenda de los buenos maestros los principios de la doctrina social católica. A propósito, acabo de ver con alegría que en Chesterton.es acaban de publicar un libro titulado “Las exigencias de la Doctrina Social de la Iglesia. El ejemplo de Chesterton”. Si alguien no sabe por dónde comenzar, ya le han marcado el camino ¡Felicitaciones por este magnífico logro que sin duda será de grandísima ayuda!
Otra recomendación: si va a decidirse por dar un testimonio público abiertamente católico -lo cual es necesario y conveniente porque hay que volver a conquistar el derecho de manifestar nuestra fe en el ámbito público-, que aprenda de los apologistas a argumentar y defender particularmente las verdades de orden natural, que son las que más hoy están en juego. Otra vez más: la filosofía realista es un buen camino de aprendizaje.
Sin duda también le recomendaría que desarrolle su liderazgo, sea lo que sea que quiera hacer: desde formar un movimiento político, una ONG social o política, un canal de YouTube o simplemente un grupo de formación. Tiene que enamorarse del ideal del liderazgo, servir a través del liderazgo es de las cosas más necesarias y urgentes para los católicos. Muchos no lo ven ni lo entienden y la Iglesia requiere con urgencia personas que quieran desarrollar su liderazgo católico.
De nuestra parte tenemos para ofrecerles esta primera serie de Cursos. Los hemos pensado también para quienes tienen esa inquietud. Como verán en el Curso quienes lo hagan: se trata primero de conocerse, conocer nuestros talentos, nuestro elemento (para qué somos buenos, cuál es nuestra zona de acción y nuestra gente), para luego desarrollar competencias, hábitos y crear relaciones.
Pero no sirve de nada hacer un curso sin lanzarse a la acción. Hay muchísimas cosas que se aprenden sólo en el campo de combate. Muchas veces pensamos que todo tiene que estar perfecto, que tenemos que tener mucha capacidad y mucho conocimiento sobre un tema antes de lanzarnos y no es así, al contrario, hay muchos conocimientos que sólo se consiguen en la acción, con la experiencia y con el… fracaso.
Le recomendaría también que apunte, como dijimos, a hacer cosas de calidad, pero que teniendo en cuenta que esa calidad no se alcanza de modo inmediato y nunca debería ser un obstáculo para comenzar. Hay que empezar como dicen ahora, con un “MVP”, Minimum Viable Product o producto viable mínimo, que luego iremos haciendo crecer. Hoy será una patineta, mañana un bicicleta, y luego una moto u otro vehículo. Pero hay que comenzar. Ningún libro nos dará el tipo de conocimiento de las cosas y de nosotros mismos que se adquiere en la acción.
13) Por lo que ha podido conocer, ¿que le parece el proyecto de Chesterton.es?
Realmente estamos encantados de haber conocido el proyecto de Chesterton.es, el cual seguimos con admiración desde hace tiempo. Tener la guía del genial Chesterton, difundir su pensamiento, su humor, su realismo y sus criterios es tremendamente saludable y necesario para el católico actual. Los autores y la selección de citas que comparten me parece excelente: hay que conectar a las nuevas generaciones con estos grandes pensadores católicos. Y si es a través de la belleza, el humor y la ironía -al estilo Chesterton-, mucho mejor.
Y por último, por supuesto, como no podía ser de otra manera, valoro también mucho la creatividad en la elección de imágenes, así como la calidad y cuidado estético del apostolado que llevan adelante.
Sabemos lo que cuesta cada pequeña publicación, cada contenido seleccionado, editado y compartido. Y si a veces se puede hacer cuesta arriba el apostolado, no se desanimen porque están contribuyendo a la recristianización de la sociedad, están ayudando a que muchos conozcan no una verdad cualquiera, por más importante que sea, sino la Verdad, la única que tiene el poder de hacernos libres y salvarnos. ¡Dios los bendiga!
Etiquetas: Argentina, Ariel Pasetti, Catolicismo, Catolicos, Charlas CATDirector de Chesterton.es Esposo y padre. Graduado en Derecho con estudios en Administración y Dirección de Empresas. Profesionalmente dedicado a las Redes Sociales y la Comunicación.